Por Juan Pablo Donoso
Si la gesta de Abraham Lincoln por conseguir la liberación de los esclavos en EE.UU. fue titánica y acabó con su vida, esta súper producción de Steven Spielberg somete al público a una epopeya muy similar.
En 150 minutos nos abruman con innumerables filigranas políticas de la época, con cientos de personajes prominentes y/o desconocidos para nosotros (incluso para los norteamericanos), y con miles de extras que abarrotan tanto las escenas de interiores como las calles y campos de batalla.
Llena de excesivos textos, de a poco vamos comprendiendo que el meollo de esta versión gira en torno a conseguir que el Parlamento apruebe la 13ª Enmienda de la Constitución.
Mas, para llegar al momento culminante de la votación crucial, debemos acompañar al Presidente, a su esposa, a sus hijos, a sus ministros, a sus detractores y partidarios durante dos horas escuchando interminables discusiones contingentes, familiares y reflexiones de conciencia sobre la guerra y sus alternativas de paz.
La figura de Lincoln resulta magnífica encarnada por Daniel Day-Lewis, quien en todo momento transmite grandeza y calidez humana.
Todo la infraestructura técnica de este filme es óptima: la recreación de época con sus calles y casas, los vestuarios, los maquillajes, la banda sonora, y la selección de excelente actores secundarios.
El espectador que se mantenga atento a la catarata de eventos e intrigas políticas aprenderá más de la historia de EE.UU. en esos años, y volverá a vivir su Guerra de la Secesión.
UNA RECREACIÓN HISTÓRICA MUY PROLIJA, PERO DEMASIADO DENSA Y RECARGADA. PUDO TENER MÁS SÍNTESIS
Ficha técnica
Director: Steven Spielberg
Guión: Tony Kushner, Doris Kearns Goodwin (de su libro)
Actores: Daniel Day-Lewis, Sally Field, David Strathairn, Tommy Lee Jones, y muchos otros.
Fotografía: Janusz Kaminski
Edición: Michael Kahn