Suponemos que el título alude al recurso lumínico del famoso Teatro Negro de Praga. Es un espectáculo donde, gracias a la “luz negra” los manipulantes, vestidos de negro, son invisibles permitiendo que solo veamos a los objetos de color como flotando mágicamente en el aire.
Aquí, los supuestos estímulos dramáticos están a los lados, fuera de la pantalla. Para entender lo que - tal vez - está sucediendo debemos descifrar las reacciones faciales de los personajes principales. Incluso en momentos se recurre a la imagen alargada (tercio central de la pantalla completa) como la capta un celular - y, con mayor razón, lo importante queda fuera de nuestra vista.
Nunca sabemos cuál es el verdadero drama de la solitaria viuda mayor (Patricia Rivadeneira), salvo que perdió a un hijo y que los arrendatarios le deben mucha plata por su departamento.
Los principales parecen sufrir mucho por algo que ignoramos - que también pareciera estar fuera de las claves argumentales. Solo sabemos que a Pérez-Bannen le duele mucho la mano derecha, sin que ello incida mayormente en el oscuro relato. Y si su nombre y aspecto físico es muy parecido al difunto hijo de la viuda, poco nos aporta, con excepción de que en un momento se siente atraído sexualmente hacia ella, pero la fidelidad a su esposa (Manuela Oyarzún) es prioritaria. Más, este personaje masculino tan atormentado también desaparece por completo en el último tercio del filme sin que sepamos la causa.
Los secundarios en nada contribuyen, sobran y confunden.
Lo más admirable es el trabajo de la Directora de Arte (Camila Zurita), ya que mientras fuera de pantalla suponemos que está ocurriendo algo trascendental, nos deleita con la desolación de largos pasillos, puertas cerradas, vidrios que permiten ver el exterior y que se mojan con regadores, además de parabrisas que también se mojan y lavan.
¿Será el tortuoso intento de demostrar la sutil Presencia de una Ausencia total? ¡Tal vez!
Lamentamos el sonido retumbante en la sala de exhibición impidiendo entender varios parlamentos dichos por los actores.
En síntesis, rescatamos la prolija parafernalia técnica de fotografía, iluminación, decorados, y detalles de utilería.
Nunca sabemos cuál es el verdadero drama de la solitaria viuda mayor (Patricia Rivadeneira), salvo que perdió a un hijo y que los arrendatarios le deben mucha plata por su departamento.
Los principales parecen sufrir mucho por algo que ignoramos - que también pareciera estar fuera de las claves argumentales. Solo sabemos que a Pérez-Bannen le duele mucho la mano derecha, sin que ello incida mayormente en el oscuro relato. Y si su nombre y aspecto físico es muy parecido al difunto hijo de la viuda, poco nos aporta, con excepción de que en un momento se siente atraído sexualmente hacia ella, pero la fidelidad a su esposa (Manuela Oyarzún) es prioritaria. Más, este personaje masculino tan atormentado también desaparece por completo en el último tercio del filme sin que sepamos la causa.
Los secundarios en nada contribuyen, sobran y confunden.
Lo más admirable es el trabajo de la Directora de Arte (Camila Zurita), ya que mientras fuera de pantalla suponemos que está ocurriendo algo trascendental, nos deleita con la desolación de largos pasillos, puertas cerradas, vidrios que permiten ver el exterior y que se mojan con regadores, además de parabrisas que también se mojan y lavan.
¿Será el tortuoso intento de demostrar la sutil Presencia de una Ausencia total? ¡Tal vez!
Lamentamos el sonido retumbante en la sala de exhibición impidiendo entender varios parlamentos dichos por los actores.
En síntesis, rescatamos la prolija parafernalia técnica de fotografía, iluminación, decorados, y detalles de utilería.
ESPERAMOS SINCERAMENTE QUE OTROS ESPECTADORES ENTIENDAN, Y SE EMOCIONEN, CON ESTE NUEVO EXPERIMENTO CINEMATOGRÁFICO NACIONAL.
Ficha técnica
2024 Drama, misterio Chile - 1,17 hrs.
2024 Drama, misterio Chile - 1,17 hrs.
Fotografía: Matías Baeza Dominguez
Edición: Alberto Hayden, José Luis Torres Leiva
Música: Pablo Fontecilla
Dirección de Arte: Camila Zurita
Actores: Patricia Rivadeneira, Francisco Pérez-Bannen, Manuela Oyarzún
Guionista y Director: Alberto Hayden
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