No sabemos qué es peor, si el calor o el molesto ruido, pero para Janiyah y su hija Aria, vivir allí es un suplicio. Las dificultades son evidentes. Condiciones precarias, una orden de desalojo en curso, el aseo deficiente y un ambiente externo hostil, no hacen más que agravar la crisis. Aun así, Janiyah se impulsa, se levanta, baña a su hija y ambas salen rumbo al colegio. Es día de pago, por lo tanto podrá abonar el arriendo del lugar y entregar 40 dólares para que su pequeña asegure el almuerzo en su escuela.
Sin embargo, las cosas solo empeoran para la protagonista. En el trabajo, el ambiente es aún peor. Su jefe la maltrata verbalmente y los clientes abusan de ella, incluso poniendo en peligro su integridad. Una llamada del colegio la pone en alerta. Debe ir de inmediato porque existe un problema grave con su hija. Ausentarse de sus labores no está permitido, menos ese día que está repleto de gente. Sin embargo, obtiene 30 minutos de margen. El día oscuro sigue su curso, porque un incidente camino a la escuela la cruza con un hombre enfurecido que resulta ser un policía fuera de servicio que llega, incluso, a amenazarla de muerte. Sin sus papeles al día, le cursan una infracción y le requisan su auto. Aún hay más, pero no se los voy a adelantar, porque lo que viene a continuación va de mal en peor.
Tyler Perry escribe y dirige este drama de proporciones con oficio y seguridad. La connotación social impacta de entrada. Sabemos lo cruda que puede llegar a ser la pobreza, pero un retrato vívido como el que expone esta película nos lo deja aún más claro. Al comienzo, una secuencia de más de 20 minutos muestra una literal caída al vacío.
Objetivamente no hay salida posible. La suma de hechos es angustiante y no podemos despegarnos de la pantalla ni un segundo. La empatía con la protagonista es instantánea, por su condición, por su hija, por sus dificultades como madre, como trabajadora, y además por la discriminación que sufre por el color de su piel. Quisiéramos ayudarla, pero no podemos. Solo observamos la dirección que toman los hechos y, violentamente, nos sorprendemos.
Después de ese inicio cuasi transgresor, la película ingresa a un valle del que le cuesta escapar. Es en el sector medio, de casi una hora, donde el metraje se divide en dos: lo que pasa dentro del banco y lo que sucede afuera, con la policía y el FBI sin saber bien qué hacer. En ese momento emerge la figura de la detective Kay Raymond -Teyana Taylor-, quien comienza a tomar las riendas de un evento que aventura un desenlace inesperado.
Los últimos minutos, algo así como el cuarto final de la cinta, es agudo gracias a un giro que no vemos venir. Como construcción, llega algo tarde, tal vez sin el apropiado contrapeso previo, pero funciona para crear una historia que penetra más por la complejidad de su fondo social que por la elaboración fílmica de la que da cuenta.
“Straw”, en sus casi dos horas, nos mantiene atentos y pone en relieve que los seres humanos respondemos de acuerdo a las circunstancias. Un mal día lo tiene cualquiera, pero una vida en condiciones infrahumanas es otra cosa. El mérito innegable de esta producción es el tratamiento de temas que a veces se relegan y se esconden debajo de la alfombra. La maternidad bajo presión, la enfermedad, la falta de oportunidades, la falta de dinero, la ausencia de redes de protección, la soledad, la marginación y la humillación, se levantan como banderas de lucha que se movilizan y presionan para conseguir un futuro mejor. Tal vez para Janiyah pudo haber sido tarde, pero su ejemplo podría servir a otras personas que están en condiciones similares y aún pueden salir del pozo.
Tyler Perry deja tarea para la casa.
Ficha técnica
Título original: Straw
Año: 2025
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Netflix, The Tyler Perry Company. Distribuidora: Netflix
Género: Drama | Maternidad
Guion: Tyler Perry
Música: Dara Taylor
Fotografía: Justyn Moro
Reparto: Taraji P. Henson, Sherri Shepherd, Teyana Taylor
Simbad, Rockmond Dunbar, Ashley Versher, Mike Merrill, Glynn Turman
Dirección: Tyler Perry
Sin embargo, las cosas solo empeoran para la protagonista. En el trabajo, el ambiente es aún peor. Su jefe la maltrata verbalmente y los clientes abusan de ella, incluso poniendo en peligro su integridad. Una llamada del colegio la pone en alerta. Debe ir de inmediato porque existe un problema grave con su hija. Ausentarse de sus labores no está permitido, menos ese día que está repleto de gente. Sin embargo, obtiene 30 minutos de margen. El día oscuro sigue su curso, porque un incidente camino a la escuela la cruza con un hombre enfurecido que resulta ser un policía fuera de servicio que llega, incluso, a amenazarla de muerte. Sin sus papeles al día, le cursan una infracción y le requisan su auto. Aún hay más, pero no se los voy a adelantar, porque lo que viene a continuación va de mal en peor.
Tyler Perry escribe y dirige este drama de proporciones con oficio y seguridad. La connotación social impacta de entrada. Sabemos lo cruda que puede llegar a ser la pobreza, pero un retrato vívido como el que expone esta película nos lo deja aún más claro. Al comienzo, una secuencia de más de 20 minutos muestra una literal caída al vacío.
Objetivamente no hay salida posible. La suma de hechos es angustiante y no podemos despegarnos de la pantalla ni un segundo. La empatía con la protagonista es instantánea, por su condición, por su hija, por sus dificultades como madre, como trabajadora, y además por la discriminación que sufre por el color de su piel. Quisiéramos ayudarla, pero no podemos. Solo observamos la dirección que toman los hechos y, violentamente, nos sorprendemos.
Después de ese inicio cuasi transgresor, la película ingresa a un valle del que le cuesta escapar. Es en el sector medio, de casi una hora, donde el metraje se divide en dos: lo que pasa dentro del banco y lo que sucede afuera, con la policía y el FBI sin saber bien qué hacer. En ese momento emerge la figura de la detective Kay Raymond -Teyana Taylor-, quien comienza a tomar las riendas de un evento que aventura un desenlace inesperado.
Los últimos minutos, algo así como el cuarto final de la cinta, es agudo gracias a un giro que no vemos venir. Como construcción, llega algo tarde, tal vez sin el apropiado contrapeso previo, pero funciona para crear una historia que penetra más por la complejidad de su fondo social que por la elaboración fílmica de la que da cuenta.
“Straw”, en sus casi dos horas, nos mantiene atentos y pone en relieve que los seres humanos respondemos de acuerdo a las circunstancias. Un mal día lo tiene cualquiera, pero una vida en condiciones infrahumanas es otra cosa. El mérito innegable de esta producción es el tratamiento de temas que a veces se relegan y se esconden debajo de la alfombra. La maternidad bajo presión, la enfermedad, la falta de oportunidades, la falta de dinero, la ausencia de redes de protección, la soledad, la marginación y la humillación, se levantan como banderas de lucha que se movilizan y presionan para conseguir un futuro mejor. Tal vez para Janiyah pudo haber sido tarde, pero su ejemplo podría servir a otras personas que están en condiciones similares y aún pueden salir del pozo.
Tyler Perry deja tarea para la casa.
Ficha técnica
Título original: Straw
Año: 2025
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Netflix, The Tyler Perry Company. Distribuidora: Netflix
Género: Drama | Maternidad
Guion: Tyler Perry
Música: Dara Taylor
Fotografía: Justyn Moro
Reparto: Taraji P. Henson, Sherri Shepherd, Teyana Taylor
Simbad, Rockmond Dunbar, Ashley Versher, Mike Merrill, Glynn Turman
Dirección: Tyler Perry