“Los clásicos no se extinguen”
Tras la muerte de su esposa, un príncipe del siglo XV renuncia a Dios por culparlo de arrebatarle a su amada. Siglos más tarde, en el Londres del siglo XIX, encuentra a una mujer parecida a su difunta esposa y la persigue, sellando así su propio destino.
Existen personajes que nunca dejaremos de ver en la pantalla. Uno de esos son los vampiros, que se presentan en diversas clases, formas, nombres, estilos, etc. Príncipe Vlad, Conde Drácula, Nosferatu, etc. Desde que Bram Stoker lo trajo a la vida, no se han dejado de realizarse las más diversas adaptaciones que se le ocurra al ser humano, sea en cine, teatro, ópera, etc.
Esta nueva adaptación nos trae al príncipe Vlad, conde Drãcul, guerrero implacable, que con la bendición del obispo pelea por su tierra. Está enamorado de su Elizabetta con una pasión sin límites, y en una de esas guerras es asesinada, donde, al no conseguir que vuelva a la vida, pone de enemigo a Dios en su vida siendo maldecido por ello, teniendo que vagar por la vida solo, sin derecho a morir.
Su búsqueda insaciable para ver la reencarnación de la “alma pura” de su amada, lo hace rastrearla incansablemente, inventando una poción disfrazada de perfume para atraer; pero los años y siglos pasan sin tener resultado, por lo que pone a disposición de esclavos su misión.
Pero en el siglo XIX, 400 años después de los hechos iniciales, se encuentra recluido en su castillo ya sin fuerzas para seguir, careciendo de la voluntad de morir junto a sus gárgolas sirvientes, donde recibe a un joven abogado para realizar negocios inmobiliarios. Pero este, al desobedecer una simple orden, es condenado a la muerte. Pero Jonathan, muy inteligentemente quiere seguir viviendo y le pide como último deseo a este personaje tan grotesco que le cuente su historia, por lo que vamos conociendo mediante analepsias quién fue Vlad.
En esta historia aparece el compromiso de Jonathan, y al revelarle a su novia Mina, Drácula queda extasiado porque es la viva imagen de su Elizabetta, por lo que viaja hacia Londres a su encuentro.
Por otro lado, tenemos a un sacerdote que va a un centro psiquiátrico, ya que tienen a una joven con aspecto y comportamiento extraño para todos, pero no extraño para este sacerdote que sabe que estamos ante la presencia de vampiros, porque él tiene una misión, que es la de eliminar al origen de ese mal, a ese maestro.
El guion se toma libertades para esta nueva versión, más que mal son adaptaciones sujetas a la visión de su creador, llevándonos por parajes oscuros de tipo muy gótico, en distintas épocas, distintos escenarios muy faustuosos, resaltando su puesta en escena, vestuario, peinado y maquillaje que me parecieron muy acertados, así como su banda sonora.
Las actuaciones son variadas, donde Zoe, con una corta filmografía y trayendo consigo los genes de su madre actriz, nos muestra a esa joven apasionada, tímida y llena de amor. Caleb, quien ya había trabajado con el director y que además de chico Xmen ha pasado por varios roles, nos trae a un atormentado sujeto que vaga por la vida, roto por el amor. De Christoph, hablar de él serían páginas, por su gran entrega al rol que le pidan. Los demás, como señalé, son actuaciones variadas, buenas algunas como solo correctas de otros.
Pero el guion falla en contexto, ya que es una montaña rusa que comienza alentándonos, para luego bajar y sentir algo de tedio, y luego levantarse nuevamente; eso hace que se sienta muy alargada la narración sin necesidad.
Sobre la historia de amor, es una pincelada que se siente y vive al final. Lo que debió haberse armado desde un comienzo, nos arrebata ese momento de inspiración romántica, digna de un ser tan elegante como nuestro protagonista. Sí, su narrativa nos lleva a la vida de una persona que busca la redención, porque el amor es para él el motor de la vida. Y por eso este tema me produce tanto ruido, porque no lo sentí en toda la película, sino que en pocos momentos.
Una nueva versión y visión de un director que ha dado mucho que hablar en sus trabajos, trayéndonos a un personaje muy fascinante, pero que pasa a ser uno más en la historia de la filmografía Draculiana. No por eso, dejaremos de verla, porque visualmente es cautivante y destaco eso.
Ficha técnica
Dracula: A Love Tale.
Dirigido y escrito: Luc Besson
Cinematografía Colin Wandersman
Música de Danny Elfman
Protagonizada por Caleb Landry Jones, Christoph Waltz, Zoë Bleu, Matilda De Angelis, Ewens Abid,
David Shields, Guillermo de Tonquédec
2025. Francia
128 minutos
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