Dinero tienen, eso no es inconveniente. Y la planificación está muy bien estructurada: reconvertirán un viejo aserradero en una cantina, en un lugar de encuentro que la comunidad necesita para liberarse de las ataduras de una época difícil e inestable. El tema es que, a la diferencia entre negros y blancos, cada vez más presente especialmente en el sur de Estados Unidos, se suma un problema adicional e inesperado que amenaza con destruir la tranquilidad del lugar y la vida de sus habitantes.
Lo primero que llama la atención de esta cinta es su nítida filmación. Verla en pantalla IMAX es un lujo, porque podemos apreciar la combinación de varias cámaras especiales que permiten alternar diferentes relaciones de aspecto a lo largo del metraje. La fotografía de Autumn Durald resalta pequeños detalles y además subraya, a través de diferentes encuadres, la belleza de una zona rural y las típicas construcciones norteamericanas de las primeras décadas del Siglo XX.
Podemos dividir la película en al menos tres partes estructurales. La primera, de unos 45 minutos, permite que conozcamos la historia a través de sus personajes. Las diferentes ramificaciones se presentan a medida que los gemelos van recolectando gente para que trabaje con ellos en la futura cantina. Destacan Sammie Moore -Miles Caton-, el primo menor, promisorio músico y cantante de blues; Delta Slim -Delroy Lindo-, virtuoso del piano y la armónica; y Annie -Wunmi Mosaku-, mujer fuerte e interés amoroso de uno de los hermanos.
En la segunda sección entran en escena los vampiros y la cinta decide fusionar estilos. Imágenes contemporáneas se intercalan durante la multitudinaria fiesta inaugural, componiendo metáforas para un ritual que poco a poco se quema y se desintegra. En esta parte sobresale la música compuesta por Ludwig Göransson, sobre todo gracias a sus variaciones y diferentes aportes al relato.
La última parada despliega todas los elementos narrativos. A la feroz batalla campal se le suman cruces de géneros y la sensación de que estamos dentro de una licuadora multitemática capaz de concentrar todo lo que hemos visto por separado anteriormente. Los continuos cambios de formato de pantalla se acrecientan y el ritmo vertiginoso no da tregua hasta el final.
“Sinners” es una propuesta diferente que no se compromete con un estilo particular. Es un thriller de terror con presencia sobrenatural, pero no deja de lado el drama y tampoco ese componente social esencial de los Estados Unidos de los años 30. Michael B. Jordan, en estado de gracia, hace un doble papel estupendo al lograr diferenciar sutilmente a los gemelos no solo con gestos, sino principalmente respecto a sus personalidades. El resto del elenco es sólido en sus actuaciones, brindando un soporte vital para que esta incursión del director Ryan Coogler resulte extraña y satisfactoria al mismo tiempo.
¡Ojo, no se vayan antes de los créditos porque hay dos escenas posteriores!
Ficha técnica
Título original: Sinners
Año: 2025
Duración: 137 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Proximity, Warner Bros.. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Terror. Thriller. Drama | Sobrenatural. Vampiros
Guion: Ryan Coogler
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Autumn Durald
Reparto: Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton, Jack O'Connell, Wunmi Mosaku, Jayme Lawson, Omar Miller, Li Jun Li, Delroy Lindo
Dirección: Ryan Coogler
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